jueves, 10 de mayo de 2007

El termómetro

Cuando te pones el termómetro todo lo que sube de 40 es peligroso...

El sitio en el que vivo no se parece en nada al que fue hace unos años.Ha crecido y como buen adolescente madurado ahora es especial.
Vivo rodeada de vecinas que todas juntas le dan a la calle un aspecto multicolor, de arco iris tras la lluvia.Hay que decir que alguna de ellas no es del todo genial pero ya se sabe, no sería un barrio si no.
Hedona es mi favorita,sólo se preocupa de sí misma y de ser feliz, cuando yo estoy aburrida la llamo y nos tomamos unos chupitos con pastas de almendra.Al llegar trae flores y un aroma a licor de naranja que se puede oler tras la ventana.
Afrodita vive en el ático de mi misma casa, es como yo la llamo una transformista muy divertida, necesita tomarse un ging-tonic y entonces es total,la pasión la domina y el amor la emborracha.
La pesada de Melancolía tiene la horrorosa costumbre de visitarme con frecuencia,a veces hago que no estoy y no nos vemos,la conocí hace años y ya me resultó aburrida,pelma pero a base de paciencia la voy aguantando.Lo qué no sé es porqué le caigo bien.
La familia es la que siempre habita al lado de mi puerta, son a los que les pido el azúcar y la sal cuando me faltan.
La semana que viene cumplo años y celebraré una fiesta, vendrán todos y algunos más, a Melancolía le dije que ya nos veríamos otro día.

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